Acuerdo de destructores por bases

Marineros norteamericanos y británicos examinando cargas de profundidad. Al fondo se ven tres destructores de la clase Wickes antes de ser transferidos a la Marina Real Británica.

El acuerdo de destructores por bases (Destroyers for Bases agreement, en inglés) fue un acuerdo firmado el 2 de septiembre de 1940, justo un año después del inicio de la Segunda Guerra Mundial, por Estados Unidos y Gran Bretaña en virtud del cual la Armada de Estados Unidos transfería a la Marina Real Británica y a la Marina Real Canadiense cincuenta destructores a cambio de la instalación de bases norteamericanas en Terranova, Nueva Escocia, las islas Bermudas y en distintos puntos del Caribe, todos ellos territorios bajo dominio británico.

El acuerdo fue la respuesta a una petición del primer ministro británico Winston Churchill que necesitaba los destructores —que la Marina de Estados Unidos tenía en la reserva porque habían quedado obsoletos ya que habían sido construidos al final de la Primera Guerra Mundial— para defender las costas de Gran Bretaña ante la amenaza de invasión alemana y para escoltar los convoyes que abastecían a las islas británicas y que eran atacados por los submarinos de la Alemania nazi cuando atravesaban el Atlántico. Tras la aprobación en noviembre de 1939 de la ley conocida como cash and carry, este acuerdo fue el segundo paso importante que dio el presidente Franklin D. Roosevelt en la implicación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial a favor de los aliados. El tercer paso sería la aprobación en marzo de 1941 de la Ley de Préstamo y Arriendo.


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